BOLETÍN INFORMATIVO   2  

 FEBRERO 2010 Elige la lengua: ENGLISH  FRANCAIS NEDERLANDS      [email protected]
Actualiza tu perfil  Asesinato de académicos  Profesionales de los medios de comunicación muertos  Contra la pena de muerte   
  M.Parenti D.Halliday S.Amin Presentacion del libro Albayaty's Comment Apoyar Al Tribunal Brussells Noticias de Actualidad  La Accion Juridica
Noam Chomsky
habla sobre el libro
CULTURAL
CLEANSING
IN IRAQ

Estoy muy agradecido por haber recibido un ejemplar de este importante estudio. Incluso una ojeada al libro revela una historia desgarradora.  

Puede solicitar un ejemplar de CULTURAL CLEANSING IN IRAQ aquí con un descuento del 10% (oferta no disponible para Estados Unidos, Canadá y Australia)

Hans von Sponeck


¿Por qué saquearon los museos, quemaron las bibliotecas y asesinaron a los académicos?

CULTURAL CLEANSING IN IRAQ

¿Cuánto puede soportar un pueblo?

Antiguo  asesor del Secretario general de Naciones Unidas, y coordinador humanitario en Iraq, Hans von Sponeck empezó a trabajar para el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas en 1968, y estuvo destinado en Gana, Turquía, Botswana, Pakistán e India, antes de ser director de la Oficina Europea de Ginebra. En su último puesto, en Iraq, sucedió, en octubre de 1998, a Denis Halliday, responsable de la coordinación de la misión humanitaria de Naciones Unidas, al cargo de casi 500 trabajadores internacionales y alrededor de 1,000 trabajadores iraquíes. Hans von Sponeck dimitió en febrero de 2000, en protesta por la política internacional respecto a Iraq que incluía las sanciones.

En Bagdad todo el mundo conocía a Mohammed Hikmet Ghani. Había esculturas suyas por toda la ciudad, que eran importantes recordatorios sobre la riqueza de la historia y la cultura de Mesopotamia. Iraq ha tenido momentos mucho mejores. Con los pocos materiales que Ghani tenía a su alcance, luchó porque su espíritu artístico se convirtiera en forma física. Todo lo que hizo durante esos años refleja el sufrimiento del pueblo iraquí, obligado a vivir bajo las sanciones y la dictadura.

Justo antes de la invasión anglo-estadounidense y de la ocupación de 2003, terminó el primer molde de un grupo de figuras: unas mujeres en círculo que miraban una caja que había delante de ellas. “Querían saber qué había en la caja, qué destino les esperaba. Pero no tenían la llave para abrirla”, explicó el famoso escultor. El artista y la gente esperaban con ansiedad el fin de los 13 años de sanciones, pero a lo que se enfrentaron fue a la devastación y a una carnicería de ferocidad inimaginable. Ahora muchos han muerto y el artista vive refugiado en Amán.

El grado de tragedia humana, consecuencia del ataque ilegal contra Iraq en marzo de 2003 y la subsiguiente ocupación, se ha hecho cada vez más visible. Aún queda mucho por descubrir y aún queda formar el tribunal de justicia para juzgar todo el mal que se ha hecho. Entre tanto, la caja está llena de pruebas.

Cultural Cleansing in Iraq, un testimonio del nivel de destrucción de la herencia cultural de Iraq y del asesinato de la elite intelectual del país, añade un nuevo y enorme capítulo a la historia de la posguerra de Iraq. Con esta publicación, doce especialistas iraquíes y no iraquíes han hecho posible vislumbrar en más detalle los inmensos crímenes contra la humanidad cometidos, de los cuales es responsable, en primer lugar, la ocupación anglo-estadounidense.

Cultural Cleansing in Iraq señala certeramente el profundo grado de degradación de una cultura unitaria gracias a la ocupación y al surgimiento provocado de un sectarismo violento que no existía antes. La Autoridad Provisional de la Coalición (APC) tuvo una extraordinaria determinación para poner en marcha una limpieza institucional y estructural en Iraq. Los autores concluyen que había planes sistemáticos para ‘vaciar Iraq de cerebros’; aportan hechos y muchas pruebas circunstanciales y hablan de ‘genocidio por otros medios’ y de ‘aniquilación histórica’.

Los escuadrones de la muerte están en la calle y los centros de detención son responsables de la muerte de cientos de académicos, científicos y profesionales, hombres y mujeres. El Tribunal BRussells ha confeccionado una lista que contiene 432 nombres de académicos iraquíes y de 343 profesionales de los medios de comunicación asesinados entre 2003 y 2009. Estos asesinatos no fueron ni políticos ni sectarios. Quizás haya muchas más cosas que contar al lector.

Actualmente hay muy pocas pruebas directas de la culpabilidad estadounidense [en estas muertes de académicos]. Sin embargo, existen pruebas de la continua injerencia de muchos grupos no iraquíes después de la invasión. Éstos grupos son desde las fuerzas pro iraníes hasta los servicios secretos de las fuerzas de ocupación de los países vecinos y de otros países de Oriente Próximo, incluido el Mossad, bandas criminales y otras bandas. 

La utilización de lugares históricos como Babilonia, Ur y Samarra con fines militares y la negativa a proteger lugares históricos,  que son el orgullo nacional y la memoria histórica, como el Museo de Antigüedades y la Biblioteca Nacional de la capital, al mismo tiempo que garantizaban la seguridad en los ministerios del Petróleo y del Interior, da a los autores la prueba de que las fuerzas de ocupación ignoraron, sin duda alguna, las responsabilidades que impone la legalidad internacional.

La consecución de una sociedad libre y democrática nunca fue el objetivo del ataque, afirman. También rechazan la idea de que el asesinato de cerebros y la destrucción de la herencia cultural de Iraq se puedan explicar por la ingenuidad o la incompetencia de las autoridades civiles estadounidenses: lo que sucedió no constituye una serie de desgracias impredecibles. Los robos y los asesinatos ocurrieron ante los ojos de los soldados ocupantes y el mundo estaba al corriente. Las horripilantes fotos de la cárcel de Abú Graib, en las inmediaciones de Faluya, otra ciudad en la que se produjo una carnicería, han quedado indelebles en las mentes de las víctimas y de los telespectadores de todo el globo. La excusa de daños colaterales no se sostiene. Además, señalan los autores, existe una cultura de impunidad cuando se trata de pérdidas iraquíes, de vidas o de sus tesoros nacionales. Los autores también consideran malicioso culpar del daño del pillaje de las piezas de arte a los iraquíes, desesperados por la situación, en lugar de hacerlo a las fuerzas de ocupación.

Ninguno de los autores afirma que la responsabilidad, directa o indirecta, sea únicamente de los invasores. Señalan que la limpieza cultural e intelectual y la destrucción del tejido social de la nación es el resultado de una guerra ilegal y eso no se puede dejar de lado. Los responsables de los hechos seguro que no estarán de acuerdo, pero tienen pocas posibilidades de lograr el éxito. El libro es una impactante introducción a la limpieza cultural de Iraq, lo que algunos prefieren denominar ‘genocidio cultural’. Los autores manifiestan que su trabajo debe continuarse, realizando con más investigaciones en aras de la historia, del conocimiento del público y de la exigencia penal de responsabilidad a los culpables. 

Hans-C. von Sponeck

* Cultural Cleansing in Iraq, Why Museums were Looted, Libraries burned and Academics murdered, Edited by R.W. Baker, Shereen T. Ismael and Tareq Ismael, Pluto Press, London, 2010






















Michael
Parenti
Este libro es una colección de impactantes ensayos de investigaciones que revelan, sin embargo, otro espantoso aspecto de la destrucción de naciones viables a manos del imperio, esta vez a través de los crímenes contra la historia y la cultura. Cultural Cleansing in Iraq reune un gran conjunto de pruebas que demuestran la existencia de un genocidio cultural, la deliberada  destrucción de la rica historia de Iraq y su memoria histórica, sus bibliotecas, museos, universidades y laboratorios. Igualmente desolador es la sistemática exterminación de  quienes garantizan la cultura, la ciencia y la enseñanza a la nación, es decir, el asesinato a manos de los escuadrones de la muerte de miles de intelectuales iraquíes. Este libro, es muy claro y está históricamente fundamentado; la investigación realizada es profunda y está sustentada en pruebas. Los hechos reflejados son vitales para comprender la verdadera naturaleza y la extensión de la guerra de agresión contra Iraq; vitales para comprender cómo el imperialismo no se detendrá ante nada cuando se intente salvar al mundo de la plutocracia. volver
Denis Halliday


Si eres un ciudadano estadounidense o británico consciente de las obligaciones de la democracia, que quieres creer que la moralidad judeo-cristiana jugó un papel en la decisión de tu gobierno de invadir y ocupar Iraq para imponer la ‘democracia y la libertad’, no leas este libro. Si lo haces quedarás aplastado por sus revelaciones sobre la deliberada destrucción de un Estado y la política de limpieza cultural, por su responsabilidad en esta calamidad humana y nacional, y por las gigantescas reparaciones que son necesarias ahora y en los próximos cinuenta años, a pesar de la prácticamente imposible reparación de lo que se ha hecho, para valorar las consecuencias del genocidio.

La acusación de genocidio cultural está planteada de manera impactante en este extraordinario y aterrador libro

Denis J. Halliday fue coordinador humanitario de Naciones Unidas en Iraq (1997-1998). Halliday desarrolló la mayor parte de su larga carrera en Naciones Unidas en puestos relacionados con el desarrollo económico y la asistencia humanitaria, tanto en Estados Unidos (Nueva York) como  en otros países, especialmente del Sudeste asiático. En 2000, Denis Halliday fue nominado para el Premio Nobel de la Paz junto a Kathy Kelly, de Voices in the Wilderness, por su campaña contra las sanciones a Iraq.

Incómodo como es, Cultural Cleansing in Iraq obliga al lector occidental a enfrentarse con lo impensable, es decir, con la existencia de la política estadounidense para terminar, para acabar, con la Organización de las Naciones Unidas establecida por los Estados soberanos. En el caso de Iraq, esta política requiere el terrorismo militar estadounidense, la destrucción de la infraestructura y la masacre humana para generar docilidad. Docilidad de la intelligentsia, centrada en sustentar una sociedad compleja y una cultura intricada y fuera del tiempo, ambas esenciales para que los varios pueblos de Iraq reconozcan su identidad única y obtengan el sentido de nación. El libro demuestra esa destrucción y la permisividad para asesinar a los académicos y científicos y a los ciudadanos que se consideran esenciales para la viabilidad de un Estado.

Es una lectura terrorífica sobre el horror de una catástrofe provocada por un imperio anglosajón aparentemente inconsciente de esta pérdida, por la ambición israelí de dominar y controlar su presencia en toda la región y por un imperio estadounidense,  sediento de petróleo y deseoso de una posición geoestratégica, que siembra la muerte, las decapitaciones y destruye la antigua riqueza de Mesopotamia, para lo que la mayoría del mundo busca una explicación.

El modelo de acabar con ciertos Estados, creado en Washington y exportado a Londres y Tel Aviv, y que otros dirigentes políticos consideran aceptable, debería ser visto con miedo por otros países potencialmente “indeseables”. Al igual que Iraq estaba en la lista de Washington para ser destruido antes de los ataques del 11 de septiembre, que los Estados inconformistas supliquen hoy una respuesta, ¿es lo que se necesita para que sean aplastados? volver


Issam al-Rawi

El libro CULTURAL CLEANSING está dedicado a la memoria de Issam al-Rawi, catedrático de Geología de la Universidad de Bagdad y presidente de la Asociación de Profesores de Universidad. El profesor al-Rawi creó el registro de profesores y expertos  asesinados tras la invasión de las fuerzas de la coalición y la disolución del Estado iraquí. El Dr. Al-Rawi fue asesinado el 30 de octubre de 2002, para silenciar la verdad.

Samir Amin


 

Los testimonios reunidos en esta obra son de la máxima importancia. Los hechos, las violaciones de las convenciones internacionales, de los derechos humanos y los de los pueblos y naciones son indiscutibles. La responsabilidad de la Autoridad de la Ocupación de Iraq y sus agentes locales es incontestable.

No se trata de «errores» o, como osó decir Madeleine Albright, del «precio a pagar» por el establecimiento de la democracia.

Nacido en Egipto y formado en París, Samir Amin es uno de los pensadores más conocidos de esta generación, tanto en el campo teórico como en el de la crítica así como en la crítica de las Ciencias Sociales. Ha dedicado la mayor parte de su trabajo al estudio de las relaciones entre los países desarrollados y los subdesarrollados. Promotor del desarrollo de la  confianza consciente de los países desarrollados ha escrito extensamente sobre economía y asuntos internacionales.

Se trata de llevar a cabo, de forma sistemática y organizada, una estrategia política cuyo objetivo es la destrucción del pueblo y de la nación de Iraq. Esto no es nuevo. Robert Mac Nanamara (nombrado acto seguido presidente del Banco Mundial) ¿no le nombraron para «devolver a Vietnam a la edad de piedra?» ¿Y el uso del agente naranja, arma química en principio prohibida, no fue uno de los medios? El adversario en Iraq no era Saddam Hussein (las armas químicas se las entregó Estados Unidos cuando se produjo la guerra contra Irán, que servía a los intereses de Washington), sino la nación iraquí. ¿Quién quiere destruir Iraq y por qué?

El imperialismo es el nombre del enemigo. No se trata de la «deriva» de una estrategia política de gran poder. Esta «deriva» es el medio —el único y último recurso— indispensable para permitir a los oligarcas del capitalismo que dominan en Estados Unidos y también en Europa y Japón (sus aliados) obtener su renta imperialista, la que implica que el acceso a los recursos naturales del planeta queda reservada a las sociedades del mundo (haciendo con este hecho que los «pueblos elegidos» tengan más derecho a vivir sobre la Tierra que el resto de los pueblos). Y esto exige la destrucción sistemática de la capacidad de resistencia de todos los pueblos de Asia, África y América Latina (una «minoría» que reúne al 80 por ciento de la población del planeta).

El imperialismo siembre se ha nutrido del odio feroz de todos los regímenes que se han negado a la sumisión. Que esto sea en nombre del socialismo (URSS, China, Vietnam, Cuba) o simplemente en nombre de la independencia nacional (Nasser y otros) no cambia nada. El discurso que a este efecto mueven las potencias imperialistas debe enmascarar su verdadero objetivo tras la cortina de humo de su retórica relativa a la «democracia». Por tanto, reprocharán a Saddam Hussein haber masacrado a sus oponentes (lo que es cierto), a Robert Mugabe el ser un «viejo autócrata» (lo que es igualmente plausible), pero nunca se dirá que el verdadero crimen que se reprocha al primero es el de haber implicado a Iraq en una modernización industrial y científica que se consideró peligrosa, y al segundo haber acometido la indispensable reforma agraria. ¿Combate del occidente civilizado para la exportación de la democracia (el deber de la intervención)? Ah, ¿sí? El crimen cometido por Pinochet el 11 de septiembre de 1972 no sólo ha sido «excusado» sino que su autor ha sido incluso felicitado por Henry Kissinger.

La retórica de la «guerra de las culturas» es la cortina de humo tras la que se esconden las fuerzas militares de intervención contra las naciones del Sur. Se alimenta con la aparición de la islamofobia. Pero también se alimenta hoy del discurso sobre el «nuevo peligro amarillo» promovido por aquellos a quienes inquieta el despertar de China. No, el ejemplo de Iraq, magníficamente ilustrado por los testimonios reunidos en esta obra, indica otra conclusión: que la verdadera «guerra de las culturas» en marcha se enfrenta, por una parte a la «cultura» del capitalismo de las oligarquías imperialistas, el enemigo de la humanidad y, por otra, a la del humanismo, respetuoso con los derechos de igualdad de todos los pueblos. El conflicto Norte/Sur, ilustrado por la ocupación militar de Iraq, y el conflicto que se opone a la barbarie inherente a la dominación imperialista del proyecto de «otro mundo mejor» son indisociables.

La intervención en los asuntos internos de los países del Sur, que ha llevado a la intervención militar —sean cual sean los pretextos— no servirá jamás a otros objetivos que los de la defensa de la renta imperialista impuesta; no se pueden poner el disfraz de la «guerra justa». La intervención criminal de las fuerzas armadas de Estados Unidos y de sus aliados europeos subalternos de la Otan en Iraq —o en cualquier otra parte— no tiene otro objetivo que la destrucción de las naciones y los pueblos implicados y ha de ser condenada sin reserva. Iraq no fue atacado porque poseyera armas de destrucción masiva, sino porque no las poseía. Hay que aprender la lección. Los países del Sur tienen el deber de desarrollar las capacidades militares necesarias para provocar la huída del poder militar del planeta en manos de las fuerzas armadas de Estados Unidos y de sus aliados subalternos de la Otan. volver


INVITACIÓN
PRESENTACIÓN DEL LIBRO Y DEBATE POSTERIOR
20 de marzo a las 20.30 horas.
les Halles de Schaerbeek
Rue Royale Sainte-Marie 22b
1030 Bruselas

INTRODUCCIÓN

Lieven De Cauter

La destrucción de la nación iraquí

Hana Albayaty

El asesinato de los académicos iraquíes

Dirk Adriaensens

La guerra de la contrainsurgencia y los escuadrones de la muerte

Max Fuller

PREGUNTAS Y DEBATE

François Houtart

El libro CULTURAL CLEANSING IN IRAQ es una presentación impresionante y muy documentada de lo que ha sido, según sus autores, la política planificada de Estados Unidos en Iraq. En realidad, la invasión de Iraq tuvo, probablemente, una dimensión económica. El hecho de que la dependencia de Estados Unidos respecto al petroleo aumente año tras año, hasta un nivel probable de el 100 por 100 en pocos años, hace que el país intente controlar el mayor número de fuentes posibles de energía fosil en el mundo. Iraq, al ser una de las regiones más productivas, con un petroleo de gran calidad y de facil explotar, ha sido siempre un objetivo natural.

Professor  Emeritus François Houtart, de nacionalidad belga y catedrático emérito de Universidad, participó en el Tribunal Bertrand Russell por Crímenes de Guerra de Estados Unidos en Vietnam en 1967. Ex asesor Miguel d’Escoto Brockmann, ex presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, fue Premio Madanjeet Singh 2009, que entrega la UNESCO, por el fomento de la tolerancia y la no violencia.

No obstante hay otro punto de vista que se desarrolla en este libro: la destrucción del Estado y de los elementos culturales esenciales de la nación iraquí. Esto está relacionado con el aspecto imperial de la política estadounidense y los autores nos recuerdan lo que ocurrió en Yugoslavia y en Centroamérica. Con el fin de dominar la región, es necesario destruir cualquier Estado estable y si es necesario desmantelarlo. Además, una política clásica de los poderes coloniales o neocoloniales es dividir la sociedad y aumentar los conflictos internos, una manera de debilitar la noción de Estado.

El hecho de que el gobierno de Buch fuera ideológicamente neoconservador añadió otra dimensión a la invasión de Iraq. Establecer un «bondadoso imperio» en todo el mundo, como cumplimiento de la misión «divina» de Estados Unidos para imponer su forma de ver la democracia y reforzar un mercado económico, fue la base del proyecto político. Barack Obama ha abandonado el aspecto mesiánico de tal política, pero aparentemente ninguno de los otros aspectos.

Durante el periodo Bush, también hubo una política cultural claramente definida. La destrucción del patrimonio arqueológico, el asesinato o expulsión de miles de intelectuales, son hechos que se pueden relacionar con el deseo de destruir la memoria histórica de un pueblo. Este es un aspecto de la guerra de Iraq que no se conoce muy bien.

Varios capítulos del libro ilustran esta situación: una comparación con las políticas estadounidenses similares en otras partes del mundo, la destrucción o el saqueo de riquezas arqueológicas, el sistemático asesinato de intelectuales, la huida de cerebros, el ensalzamiento de las minorías opositoras, la constitución de una sociedad civil artificial…

Para Estados Unidos el imperialismo no es una cuestión teórica. Tiene aplicaciones concretas e Iraq ha sido una de ellas. El libro insiste en el aspecto cultural y además añade una dimensión fundamental a una cuestión generalmente más conocida junto a su dimensión económica y política. volver

Howard Zinn, autor de La Otra Historia de Estados Unidos, murió en California el 27 de enero de 2010. Howard Zinn era miembro del Comité Asesor del Tribunal BRussells  y nos sentimos muy orgullosos de haber contado con su presencia entre nosotros. Se preocupaba por la gente, por la humanidad; se preocupaba por el futuro de este mundo que se desangra con la guerra. Lo echaremos de menos; las personas que sufren las bombas de Estados Unidos lo echarán de menos. Presentamos nuestro más sincere pésame  a su familia y amigos. Hasta siempre, Howard.

Abdul Ilah Albayaty



ALBAYATY'S COMMENT

Las lecciones iraquíes: una farsa anunciada

Abdul Ilah Albayaty - analista político iraquí reside en Francia desde 1975. Inició su actividad política hace más de 50 años y fue miembro prominente entre los que constituyeron el Partido iraquí del Baaz. Su postura siempre ha sido la de que se debe apoyar a cualquier fuerza o régimen que esté contra el imperialismo y el sionismo aunque se ha de mantener la independencia de esa fuerza para proteger a las masas para que por sí mismas obtengan la independencia, la democracia, la unidad árabe y el socialismo. Mantiene su independencia desde 1962. Sus artículos y análisis sobre Iraq y la situación del mundo árabe han reflejado ampliamente e informado sobre el renacimiento de una resistencia popular árabe. Abdul Ilah Albayaty  es miembro del comité ejecutivo del Tribunal BRussells.

Desde el inicio de la ocupación hasta ahora, los expertos y consejeros estadounidenses se están riendo de los políticos, dibujando la democracia como una mera serie de fingidas elecciones. La democracia es un sistema político basado en la teórica y efectiva igualdad entre los ciudadanos, hombres y mujeres, sin discriminación por razón de raza, religión, ideas políticas, creencias y en cualquier otro aspecto, incluido la igualdad de sus ciudadanos en las elecciones. Cualquier violación de esta igualdad, por ley o por costumbre, pública o privada, bienintencionada o malintencionada, hace que el sistema no sea democrático. Y si esta igualdad no se ha conseguido, las elecciones se convierten en una charada que quienes nos gobiernan hacen para ellos mismos. Esto es lo que ha sucedido con la ley electoral votada en el denominado «nuevo parlamento iraquí».

Ya no es un secreto para nadie que el movimiento antiocupación es la primera fuerza política en Iraq. Incluso Estados Unidos y los países vecinos de Iraq han reconocido este hecho. Tras seis años de carnicería, detenciones masivas, propaganda, desinformación y mentiras la persistencia la posición de esas fuerzas en defensa del pueblo de Iraq, su libertad y su soberanía, aportan una clave para el futuro que no se puede ignorar. De hecho, varios factores han ayudado a que esto se consiga. En primer lugar, los logros de anterior gobierno nacional iraquí frente al fracaso del gobierno de la ocupación. Segundo, el movimiento de renovación nacional. El shock sufrido por Iraq no puede sino provocar el surgimiento de un nuevo levantamiento nacional en los partidos y entre las nuevas generaciones. Tercero, la creciente aproximación entre las corrientes patrióticas, nacionales, islámicas y de izquierdas. Cuarto, el hundimiento económico y militar de Estados Unidos y, para terminar, la no aceptación de la mayoría de los países vecinos de lo que sucede en Iraq.

El hecho de que el movimiento antiocupación es el poder del futuro de Iraq, ya sea mediante la acción armada, política o civil, ha provocado el pánico a la ocupación y sus aliados. Sólo pueden ganar batallas durante dos días o dos semanas, pero después surgirá la cuestión esencial: el enfrentamiento de la resistencia y el movimiento antiocupación con la ocupación, que es la batalla principal y decisiva. Las próximas elecciones no son más que un episodio en esta batalla. El movimiento antiocupación no puede participar en estas elecciones ni presentar candidatos. A pesar de ello, claramente tiene una fuerte presencia en el ámbito político de Iraq. No puede participar porque sabe que Estados Unidos es quien decide el resultado de las elecciones en función de sus propios planes e intereses, al igual que decide las leyes y normas y controla los asuntos iraquíes del mismo modo que controla al ejército y la policía del Iraq ocupado. Cualquier otra pretensión distinta de estos hechos es una mentira.

La puesta en escena estadounidense de las elecciones iraquíes funciona en dos ámbitos. Por un lado intenta poner el cebo a algunas fuerzas de la resistencia para que se impliquen en el proceso político mientras que al mismo tiempo ayudan a Maliki en la persecución de las masas de esas mismas fuerzas a las que pretenden poner un cebo para evitar que puedan votar en las elecciones. ¿Por qué? Está claro. Estados Unidos no quiere legisladores que tengan una base de apoyo popular y que, por tanto, puedan dirigirlas a su antojo. Se sabe que el desplazamiento forzoso de millones de personas entre las que hay baacistas, suníes, el aparato militar y civil del estado, expertos y académicos, turcos, cristianos, yasidíes, sabacos, sabeos y patriotas en general son violaciones de los derechos humanos, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. El intento actual de hacer que la representación de los iraquíes en el exterior sea distinta a la representación de los que siguen en el interior es la continuación de esos crímenes y una prueba de ellos porque abole el principio de igualdad entre los iraquíes. Con estas sucias maniobras, Estados Unidos hace que el gobierno de Maliki y los actores políticos apoyen a la ocupación  volver

Albayaty Abdul Ilah

EL TRIBUNAL BRUSSELLS ES INDEPENDIENTE Y QUIERE SEGUIR SIÉNDOLO

Si lo desea, puede apoyar al Tribunal Brussells. El Tribunal BRussells está formado enteramente por voluntarios, pero tiene gastos tales como teléfono, mantenimiento de la web, gastos de envíos por correo, subscripciones, contactos internacionales, etc., etc., etc. El Tribunal BRussells cuenta con tu apoyo para seguir siendo independiente y continuar con el trabajo que desarrolla. Puedes apoyarnos económicamente con tu donación.

Pincha aquí para hacer tu donación ahora mismo.

También puedes realizar una transferencia a la cuenta corriente del Tribunal BRussells: 132-5251479-37 (IBAN: BE35 1325 2514 7937 – BIC: BNAGBEBB) con el concepto: "miembro de apoyo 2010" o "miembro honorario 2010"Te conviertes en miembro de apoyo en 2010 al hacer una donación de un mínimo de 50€.Te conviertes en miembro honorario de apoyo en 2010 al hacer una donación de un mínimo de 1000€.

NOTICIAS DE ACTUALIDAD 

 El Centro Iraquí por los Derechos Humanos envío una carta al Secretario General de Naciones Unidas en la que detallaba la espantosa situación que se vive en Iraq respecto al respeto de los Derechos Humanos. En ella se menciona la irresponsable acción de Estados Unidos al entregar a 15.000 prisioneros al gobierno iraquí, el cual no garantiza la seguridad de los prisioneros y va en contra de la legislación internacional. Saben que la mayoría de esos prisioneros serán o bien asesinados — juzgados sin acusaciones concretas y humillados hasta la aniquilación— o bien obligados a abandonar el país

Asimismo, en la carta se hace referencia al caso de las 19.000 familias de Nayaf a las que han aplicado un castigo colectivo privándolas así de sus derechos. Estas familias han sido obligadas a abandonar sus casas y su ciudad únicamente por el hecho de ser sospechosas de estar en contra del gobierno local. Este hecho nos recuerda los asesinatos sectarios que han generado cinco millones de refugiados y desplazados. El objetivo son las clases medias profesionales. Esta es la liberación y la democracia que Estados Unidos ha traído a Iraq. ¡Espantoso! volver

Albayaty Abdul Ilah

¿POR QUÉ LA ACCIÓN JURÍDICA?  - Iraq: 19 años de destrucción premeditada

¿Por qué el Comité Ad Hoc de Desbaathification querrá desbaratar el proceso democrático en Iraq?

Habiendo apoyado y participado junto con otros en la reanimación de la eficacia de los tribunales populares como respuesta moral a la guerra imperialista, entramos en – y animamos a que otros se dirijan hacia – la acción legal y jurídica. ¿Por qué?

1. El hecho de responsabilizar a EE. UU. y Reino Unido por los crímenes cometidos en Irak no constituye el único factor pero sí podría ser un factor clave en poner fin a una parte crítica de su estrategia: la matanza de iraquíes. Mientras los medios occidentales de difusión masiva siguen cuestionando la manifiesta ilegalidad de la guerra, no se puede prever ningún cambio radical en la política de EE. UU. y Reino Unido.

2. Ningún cambio de política, ni de figuras políticas, nos libra de la obligación moral de proporcionar reparaciones a las víctimas iraquíes y de establecer la responsabilidad de los crímenes masivos cometidos a lo largo de los últimos 19 años contra el pueblo iraquí. Mientras solo se pueda asegurar un cambio una vez se establezca la responsabilidad, y cuando cumplamos nuestras responsabilidades morales y restablezcamos las fundaciones de la humanidad global, el sufrimiento del pueblo iraquí no terminará hasta que los crímenes cometidos contra ellos hayan cesado, y hasta que sean reconocidos como crímenes.

3. La duplicidad del sistema internacional de derechos humanos, y la debilidad del derecho internacional, no deberían frenar la acción legal. Nadie en el mundo puede permitirse que la violencia sistemática y la destrucción impuesta sobre Irak se conviertan en un precedente para el siglo 21 mediante la inacción del derecho.

Irak: 19 años de destrucción premeditada

El imperialismo militar, económico, político y cultural de EE. UU. y Reino Unido en Irak es una atrocidad contra Irak, el pueblo iraquí, y el mundo entero. La destrucción premeditada o el genocidio de Irak como Estado y como nación se lleva produciendo desde hace 19 años. Se inició con la imposición de un régimen de draconianas sanciones, nunca antes planeado, que llevó a un millón y medio de iraquíes a la muerte, incluyendo medio millón de niños. Frente a las aplastantes pruebas del catastrófico impacto humano y las crecientes condenas internacionales, este régimen de sanciones se mantuvo, gracias a la presión de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, durante 13 años.  

La destrucción de Irak implicó la destrucción premeditada de los sistemas de canalización y acopio de agua, a pesar de las advertencias sobre unas inevitables consecuencias y la manifiesta ilegalidad que supone el ataque a las instalaciones relativas a la salud de una población civil. A Irak se le prohibió reconstruir incluso la infraestructura civil más básica y esta infraestructura sigue destruida después de seis años de ocupación estadounidense. 

La destrucción de Irak también ha implicado el arrojo, desde 1990, de miles de toneladas de uranio empobrecido sobre Irak, provocando en algunas zonas a un incremento del 600 por cien de casos de cáncer y leucemia. Los más afectados han sido los niños.

La destrucción de Irak incluyó 42 días de bombardeo desproporcionado durante la primera Guerra del Golfo, durante la cual se destruyeron de manera sistemática los edificios civiles del gobierno. En 2003, una vez asegurado el desarmamiento de Irak, EE. UU. y Reino Unido lanzaron la operación “Conmoción y Pavor”, una campaña aérea que abiertamente amenazaba con la “destrucción total”. En las dos instancias, la guerra, que no distinguió  entre objetivos militares y civiles, destruyó escuelas, hospitales,  mezquitas, iglesias, refugios, zonas de viviendas, lugares históricos…

La destrucción de Irak implicó promover, financiar y organizar grupos sectarios y étnicos para dividir Irak en tres o más entidades sectarias o étnicas, apoyados por milicias armadas que aterrorizarían al pueblo de Irak, obligando a los iraquíes a buscar protección bajo el abrazo de su identidad secundaria, sectaria o étnica, o huyendo del país. Desde 2003, más de 4,7 millones de iraquíes —un quinto de la población— se han visto obligados a desplazarse. 

La destrucción de Irak supuso el desmantelamiento premeditado del Estado al convertir en objetivo militar las instituciones estatales y al negarse a detener o prevenir Estados Unidos y Reino Unido – o mediante la instigación de – el saqueo masivo, en contra de libertades y derechos protegidos, además de su implicación en las persecuciones por razón de ideología y de llevar a cabo cacerías humanas y asesinatos extrajudiciales contra baazistas, la clase media profesional del aparato del Estado, las minorías lingüísticas y religiosas y los árabes suníes, con el resultado de un colapso absoluto de los servicios públicos y de otros servicios financieros, abriendo la puerta al conflicto civil y a la corrupción.

La destrucción de Irak supuso una amplia campaña de urbicidio, la destrucción de ciudades y pueblos, y la utilización del terror para obligar a los iraquíes a aceptar el dictado de las fuerzas beligerantes de la ocupación. Aliados con el fomento  de las milicias sectarias y las fuerzas políticas sectarias, la coalición del terror en Irak ha llevado, desde 2003 y según estimaciones fiables, a la muerte violenta de más de un millón de iraquíes.  

La destrucción de Irak también ha implicado la remodelación y el diseño —contrario al derecho internacional humanitario – de todo el sistema político iraquí en un intento por entregar Irak a los designios estratégicos de Estados Unidos y Reino Unido. Junto a este intento de dividir Irak y de establecer mediante la fuerza militar  un gobierno pro ocupación iraquí y su sistema político, los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido han promovido y se han implicado en el saqueo masivo de los recursos iraquíes, intentado privatizar la propiedad y los medios de producción de la riqueza de la nación iraquí.   

Destruir Irak también ha supuesto la destrucción del patrimonio único de Irak, cultural e histórico y de los lugares arqueológicos, con la destrucción de sus monumentos, museos, bibliotecas y lugares que son patrimonio de la humanidad, lo que ha originado el partidismo y la corrupción en sustitución del avanzado sistema educativo que tenía Irak. Mediante el control de los medios de comunicación iraquíes y el fomento de fuerzas políticas sectarias y violentas, los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido se presentaron ante los iraquíes dándoles a elegir entre aceptar a un poder beligerante extranjero o someterse a una esclavitud más propia de la era preindustrial, encarnada por sus representantes locales.  

Acción jurídica y responsabilidad moral global

Estas líneas no hacen más que resumir al máximo los horrores que Irak ha sufrido, sustentados en mentiras que nadie cree, salvo los gobiernos intimidados y los magnates de los medios de comunicación cómplices. Sucesivos gobiernos estadounidenses y británicos instigaron, apoyaron, permitieron, racionalizaron, ejecutaron y/o perpetuaron o justificaron la destrucción de Irak, basándose en mentiras y estrechos intereses estratégicos y económicos, contra la voluntad de sus propios pueblos.

Cada jefe de gobierno actual y pasado de EE. UU. y Reino Unido – desde Bush senior hasta Obama, y desde Thatcher hasta Brown – ha jugado un papel central, junto con sus subordinados, en el genocidio de Irak. El patrón acumulado de consecuencias, el conocimiento previo, la falsa propaganda, la manipulación y las manifiestas mentiras, seguidos por acciones de destrucción sistemática a todos los niveles, con el previo conocimiento y la aprobación, prueba claramente que nos encontramos ante un genocidio.

En 2003, millones de personas en el mundo entero se movilizaron contra la guerra de Irak. Al seguir adelante, Estados Unidos y Reino  Unidos emprendieron una ilegal guerra de agresión: si permitimos que los responsables de la destrucción premeditada de Irak se libren de rendir cuentas, tales acciones podrían verse repetidas en otros lugares sin que la opinión pública global se escuche. Para ayudar a restablecer los derechos humanos en todo el mundo, es crítico que se inicie la acción jurídica contra aquellos quienes tan intencionadamente ignoraron la opinión pública y condujeron a sus países hacia una guerra que borró más de un millón de vidas.

Sin duda, nos encontramos ante actos inmorales e ilegales, contrarios a los fundamentos de soberanía de Estado, de paz y de seguridad, sobre cuales se basa el orden internacional, y contrarios a siglos de lucha política contra la opresión. Mientras el sistema judicial internacional oficial cierra sus puertas al sufrimiento de aquellos convertidos en objetivos del imperialismo, podemos abrir un canal mediante la acción jurídica desde la base, que permita que la conciencia de la humanidad exprese su solidaridad con la justicia para las víctimas de crímenes imperialistas.

En realidad, el plan anglo-americano ha fracasado. Frente a tal aplastante violencia, la nación iraquí todavía resiste. Nuestra acción judicial y nuestro llamamiento a nuevas iniciativas legales apoyan el derecho a resistir del pueblo iraquí. Además dejan constancia de que la violenta agresión de la ocupación, junto con sus mentiras, es insostenible.

Al presentar un reto judicial contra la impunidad, nuestra acción judicial se manifiesta en defensa de la humanidad. La defensa del pueblo iraquí es la defensa de la justicia, la dignidad y la libertad para todos. 

Realmente, la pregunta a plantearse no es en torno a por qué la acción jurídica, sino más bien cómo y cuándo.

Comité Ad Hoc por la Justicia para Irak

Contactos para periodistas: HANA AL BAYATY, Comité Ejecutivo, BRussells +20 10 027 7964 (inglés y francés)                h[email protected] DR IAN DOUGLAS, Dr Ian Douglas, Comité Ejecutivo, BRussells, coordinador, Iniciativa Internacional por el Procesamiento del Genocidio de EE. UU. en Irak +20 12 167 1660 (inglés)  +20 12 167 1660 (English) [email protected] SERENE ASSIR, Comité Asesor, BRussells (español) [email protected] ABDUL ILAH ALBAYATY, Comité Ejecutivo, BRussells Tribunal +20 11 181 0798 (árabe)  [email protected] DIRK ADRIAENSENS, Comité Ejecutivo, BRussells Tribunal +32 494 68 07 62 (neerlandés)  [email protected]

   www.brussellstribunal.org    www.USgenocide.org    www.twitter.com/USgenocide  ■  www.facebook.com/USgenocide

  volver                           LEER MAS SOBRE EL ARCHIVO DE LA QUERELLA DE IRAK EN ESPAÑA,clic aquí         



LLAMAR

Contribuir al Tribunal BRussells

como traductor Inglés-Árabe-neerlandés-francés-alemán-español

en contacto con nosotros:   [email protected]



























El Tribunal BRussells es una red internacional de intelectuales, artistas y activistas que denuncian la lógica de guerra permanente promovida por el gobierno estadounidense y sus aliados, lo que afecta al futuro de una región concreta: Oriente Próximo. El Tribunal BRussells se inició con un tribunal popular contra el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense y su papel en la invasión ilegal contra Iraq, y desde entonces ha continuado con su labor. El Tribunal BRussells pretende ser un puente entre la resistencia intelectual en el mundo árabe y los movimientos pacifistas de Occidente. 

Por favor no responda a esta dirección. Si desea contactar con nosotros hágalo escribiendo a : [email protected]                                         www.brussellstribunal.org